Información y ubicación

martes, 16 de enero de 2018

El miedo que no nos deja avanzar.



Definiendo el miedo:
Si queremos definir el miedo, en cualquier libro o artículo nos dicen que es una sensación o sentimiento de angustia por la presencia de un peligro real o imaginario, o que es la desconfianza que nos impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que deseamos. 

Podríamos definir el miedo como un sentimiento natural de supervivencia en los animales y seres humanos. Sentir miedo nos protege de los peligros ya que es como un aviso de que algo malo puede ocurrir y eso nos ayuda a prevenirlo o actuar de una forma determinada. En el caso de los animales, ellos atacan o huyen ante el miedo. 

Nosotros los seres humanos, cuando aparece la alerta por miedo o temor ante una situación, nos adelantamos, nos anticipamos a los eventos peligrosos que puedan ocurrir como consecuencia de la situación. Esta anticipación nos produce preocupación, pensamientos erróneos anticipatorios y nos hace sentir temor sobre cosas que aún no ocurren y a veces ni siquiera ocurrirán. Solo es una estimación del peligro que está en nuestra imaginación. 

Sentir miedo de esta forma, nos aleja de nuestros objetivos y de las metas que queremos conseguir, porque siempre que se anticipa e instala el miedo en nuestra cabeza, este nos paraliza, nos bloquea y no nos deja avanzar. La tendencia del ser humano es anticipar las consecuencias negativas. Si anticipáramos las consecuencias positivas, no habría lugar ni espacio para el miedo.

Cuando el miedo se convierte en problema:
La mayoría de las veces el miedo proviene solo de nuestra imaginación, porque como Seres Humanos que somos y que provenimos del Homo Sapiens, tenemos una gran capacidad de imaginación y de anticipación, aspecto que no poseen los animales. Los seres humanos también tenemos una gran capacidad de recuerdo y solemos generalizar situaciones pasadas a situaciones presentes (los llamados condicionamientos). Esta capacidad de recuerdo condicionado y la capacidad de anticipación, forman la base fundamental para que el miedo se instale en nuestra cabeza.

Partiendo de esta base, las personas nos adelantamos a las situaciones, nos protegemos de posibles peligros e intentamos que situaciones pasadas no se vuelvan a producir o repetir, pero lo hacemos sin pensar, sin razonar, sólo actuamos según sentimos. Entonces lo importante, tremendamente importante, será aprender a beneficiarnos de la emoción del miedo razonando y no convertirlo en un hábito en nuestra vida, porque así estaremos aprendiendo a vivir de esa forma: paralizados, atemorizados, con miedo a enfrentar situaciones, con miedo a sentir, con temor a disfrutar de todo tipo de sensaciones.

Ejemplos:
Por ejemplo, nos protegemos de futuras relaciones para no volver a sufrir porque en tiempo pasado tuve una mala experiencia con mi ex pareja. El miedo no nos deja darnos cuenta que cada persona es un mundo, que mi elección es fundamental y que no puedo generalizar algo que no tiene por qué repetirse en un futuro.

Otro ejemplo, decido no volver a intentar un proyecto de trabajo porque en un intento anterior me fue muy mal, fracasé laboralmente y me quedé con grandes deudas. Por miedo no avanzamos y no aprendemos de forma correcta. Tal vez mi mala experiencia fue porque no tuve en cuenta ciertos factores, no hice un estudio previo de lo que quería emprender, no me uní a las personas adecuadas, etc.. Otra vez el miedo me está cegando en esta situación y no me deja avanzar.

Otros ejemplos: miedo a expresar lo que sientes, miedo a decir lo que piensas, miedo a viajar en avión, miedo a desplazarte a lugares desconocidos (viajar), miedo a emanciparte, miedo a cambiar de trabajo, miedo a reconocer que no eres feliz con la situación actual cualquiera que sea, miedo a los cambios y en general, miedo a lo desconocido, miedo a lo que no eres capaz de controlar.

Soluciones al miedo:
Resumiendo, el miedo es una reacción normal, que nos debe servir de "luz ámbar o roja" en ciertas situaciones, pero nos debe permitir seguir pensando. El miedo puede ser producto de una situación pasada que me recuerda un mal resultado pero no es generalizable en otra circunstancia, solo debo tener un aprendizaje de ella. 
Entonces, que debo hacer cuando sienta miedo?:

- Debo preguntarme ante la situación problemática, qué es lo peor que puede ocurrirme. Seguramente la respuesta no será tan terrible como la emoción o sentimiento de miedo que he sentido antes de pensarlo de esta forma.

- Debo ser analítico y pensar en las posibilidades reales de que ciertas situaciones se produzcan o lleguen a ocurrir realmente (un accidente, un rechazo, un suspenso, etc.).

- Debo pensar que si me arriesgo, puede haber consecuencias negativas pero también habrá consecuencias positivas y seguramente serán satisfactorias y habrá valido la pena haberse arriesgado.

- Debo pensar en todas las cosas que he dejado de hacer en mi vida por miedo, cuantas situaciones no vividas, cuantas personas no conocidas, cuántos trabajos no realizados, cuantas palabras y sentimientos no dichos, cuantas vivencias sin llegar a realizar.

- Debo conocer y ser consciente de mi libertad de elección y dejar de sentir miedo como un hábito. 

- Debo practicar el pensamiento positivo y conseguir que el miedo sea una herramienta más en mi vida, pero que no se vuelva un fantasma al que temer sin saber realmente por qué.

- Debo entender que el control de mi vida lo tengo yo y no los fantasmas del miedo. Quien decide sobre mi vida, mis emociones y mi conducta....SOY YO.

- Debo saber que los seres humanos tenemos esa capacidad de condicionamiento que antes te comentaba. Relacionamos situaciones con consecuencias y tenemos la tendencia a  generalizar.  Toda acción tiene una consecuencia, pero estas consecuencias son únicas y dependientes de cada circunstancia, es decir, no podemos pensar que para una situación parecida, las consecuencias serán las mismas, porque todo cambia, todo evoluciona y cada circunstancia o situación es diferente en cada momento de nuestra vida. Además, somos seres que aprendemos y solo con ese factor, ya todo cambia en situaciones futuras.

- Por último, en cada uno de los consejos que te he dado, vas a cambiar el DEBO,  por el QUIERO.
Vas a proponerte cambiar en relación a tus temores y tus miedos. Vas a querer avanzar y a estar libre de fantasmas, vas a cambiar tu enfoque a futuras situaciones que antes te causaban temor y las vas a cambiar por posibles situaciones de cambio, de vida y de positivismo. 

"Si te da miedo, hazlo con miedo, pero no dejes de hacerlo"

Carmen Paz Alza Millie.
Psicóloga.
Madrid, enero 2018




martes, 9 de enero de 2018

Objetivos para el 2018


Cada comienzo de año es una oportunidad nueva para empezar, para olvidar, para perdonar, para reinventarnos. Realmente cada día debería ser una oportunidad nueva, pero solemos ponernos objetivos a medio plazo y simbólicamente tenemos un año para poder conseguir esos objetivos.

Haya ido bien, regular o mal el año anterior, todos los años nuevos estamos ilusionados y esperanzados de que algo, mucho o poco pueda cambiar para bien nuestras vidas. Lo importante es plasmar de alguna manera esas intenciones y esos propósitos para que de alguna manera nuestra intención no varíe a lo largo del año y no decaigamos en nuestros propósitos.

¿Cómo podemos conseguir lo que queremos?. Te cuento que desde un punto de vista de la Psicología, el ser humano está formado por emociones, sentimientos, pensamientos e intenciones. Es mucho más complejo de lo que te estoy exponiendo, pero es suficiente para que podamos compartir la idea que te quiero transmitir.

El pensamiento y la intención forman la base de todo lo que vivimos, sentimos y hacemos. Por lo tanto es muy fácil, vamos a crear una serie de pensamientos relacionados con nuestros objetivos para este año 2018 y seguidamente vamos a ponerle el siguiente ingrediente que es la intención. Escribe en una hoja, primera página de tu agenda o en tu diario de notas, una lista de todos los objetivos que quisieras que se cumplan este año. Recuerda que los deseos pueden cumplirse, pero debemos poner los medios para que ello ocurra. Por ejemplo, desear tener mucho dinero es algo muy general, es mejor desear tener un buen año laboral, que te permita tener mejores ingresos. Otro ejemplo, si deseas tener buena salud o que mejore tu salud, desealo poniendo los medios y comprometiéndote a propósitos, sería mejor escribir: deseo que mi salud mejore y para ese objetivo quiero proponerme realizar ejercicio semanalmente o dejaré de comer comida basura entre semana.

Cada persona desea y se compromete a lo que realmente quiere. Es bueno dejar por escrito nuestros objetivos para que cada vez que echemos un vistazo a lo que escribimos esos primeros días del año en los que estamos con más ilusión, sirvan de recordatorio y nos ayuden a levantarnos si por algún motivo hemos caído o estamos desanimados.

Lo que estás leyendo ahora, es una propuesta de ejercicio que suelo hacer con mis pacientes en estos primeros días del año. Cada uno de ellos escribe su propia lista con unas 10 propuestas, objetivos o deseos. A modo de ejemplo muy simple y por si nunca lo has hecho por escrito, comparto contigo algunos de los objetivos que más me han llamado la atención de mis pacientes y que seguramente te darán una idea de cómo puedes realizar esta lista en casa. Aquí están algunos de esos objetivos seleccionados de sus listas:

Objetivo: montar en bicicleta una vez a la semana y salir al aire libre. Deseo estar más atlética y en contacto con la naturaleza (36 años)

Objetivo: dedicarme más tiempo, arreglarme más, maquillarme, sentirme femenina ( 39 años)

Objetivo: no discutir tanto con mi novio, intentaré ser más paciente y menos quisquillosa (26 años)

Objetivo: le diré más veces a mi mujer lo mucho que la quiero. Siempre doy por supuesto que ella lo sabe, pero realmente se lo digo muy pocas veces ( 37 años).

Objetivo: leer más. Me doy cuenta que mi vida es muy rutinaria y he dejado de leer que es algo que realmente me gusta. Intentaré leer un libro al mes, como en el cole :) (41 años)

Objetivo: quiero portarme mejor con mi mamá porque a veces no le hago caso (8 años)

Objetivo:  quiero aprender a decir No en algunas situaciones que me suelen llevar a problemas, sobretodo con mis amigos (19 años)

Objetivo: dejar mi cama hecha todos los días por la mañana. Ese objetivo me evitará discusiones con mi madre y realmente quiero llevarme mejor con ella (18 años)

Objetivo: reunirme con mis hijos, nueras y nietos, por lo menos una vez al mes. No quiero que solo nos veamos para los cumpleaños o fiestas de fin de año, deseo compartir más con ellos ( 72 años)

Objetivo: Este año haré lo posible por realizar un viaje fuera de Madrid y ojalá fuera de España. Me gusta mucho viajar y comenzaré a ahorrar este mismo mes en una hucha para poder conseguirlo a mitad de año ( 34 años)

Objetivo: pasar más tiempo con mis sobrinos. Intentaré salir con ellos al parque o por lo menos verlos cada 15 días. Los quiero mucho, pero no me he hecho nunca el tiempo de forma constante para poder compartir con ellos ( 24 años)

Objetivo: quiero seguir conociéndome. Me propongo continuar con esta terapia de autoconocimiento porque realmente estoy aprendiendo a saber quien soy. No faltaré ningún día (28 años)

Objetivo: deseo dejar de fumar, para ello comenzaré por no comprar más de dos paquetes de tabaco a la semana durante estos tres primeros meses. Si logro ese objetivo, iré rebajando la cantidad de tabaco en los siguientes meses. Tal vez consiga ser no fumadora cuando esté escribiendo los objetivos del próximo año!!! (36 años)

Objetivo: Seré más agradecido con la vida. Soy una persona negativa y siempre le veo el lado negativo a las situaciones y personas. Daré más veces las gracias, no antepondré el No a cualquier situación. Como me has enseñado, cada noche pensaré en tres cosas buenas que me hayan pasado durante el día. No será fácil!, no sé si lo conseguiré (43 años).

He querido terminar esta nota con el objetivo de un paciente hombre, joven, maduro, con muchas cosas buenas a su alrededor y que quiere ser más positivo. Seguro que si él interioriza su deseo, lo conseguirá. Aprovecho de recordarte lo sano que es dar las gracias a la vida por lo que te da de forma constante. Seguro que muchas veces no eres consciente de todo lo bueno que te rodea y te dejas vencer por las dificultades y problemas.

Ahora escribe tu lista y proponte cumplirla desde este minuto!. No olvides que pensamiento e intención guían nuestras emociones y conducta.

Carmen Paz Alza Millie.
Psicóloga.