Informándome en la red sobre la Celiaquía, llegué a un blog donde aparecía esta foto y la tomé porque me pareció muy cercana a lo que todos los adultos que nos han diagnosticado la Celiaquía hemos sentido en algún momento. Digo adultos, porque no es lo mismo vivir desde niños con los cuidados que requiere el cuadro, que haber vivido muchas décadas con una alimentación y unas costumbres determinadas y de repente!!!, te cambian todos los esquemas!!. No es fácil salir adelante después de un diagnóstico de estas características, no es fácil aceptar que si no comes sin gluten te vas a seguir encontrando fatal y lo peor de todo, es que irás por la vía segura de enfermedades asociadas que requerirán tratamientos invasivos o complejos. Es necesario cambiar tus hábitos de alimentación y eso no está en duda.
Vamos a hablar sobre esta anatomía de los Celiacos para comprender que somos solo Celiacos, no extraterrestres ni personas raras ni enfermas:
- Generador de paciencia para contestar preguntas y capacidad para explicar con diferentes palabras qué es la celiaquía una y otra vez: después del diagnóstico, vamos adquiriendo una capacidad sorprendente para responder a todas las preguntas que nos hace la gente que nos rodea: ¿y eso qué es?, ¿estás enferma?, explícame en qué consiste!!, ¿se te va a pasar en algún momento?, ¿se contagia?. También vamos buscando cada vez más conocimientos, en la red, libros, personas cercanas, etc., así no nos pillan desprevenidos en las preguntas!.
- Escucha activa de redes nuevas: nos damos cuenta que necesitamos escuchar lo que otros nos pueden aportar en relación a nuestra dolencia. Personas con más experiencia que nosotros nos aportarán ideas, recetas y ánimo. Necesitamos sumar cada una de estas ayudas para poder sobrevivir a nuestro diagnóstico.
- Detector de logos y analizador de ingredientes: Ya somos como máquinas, nuestra visita al supermercado será con un detector especial que hemos desarrollado los celiacos!!, para reconocer los logos de productos sin gluten y sabemos rápidamente donde buscar en las etiquetas de los alimentos para controlar los componentes de cada uno. Cada vez nos lleva menos tiempo esta búsqueda.
- Generador de placer ante la ingesta de productos libres de gluten: antes del diagnóstico comíamos de todo y nuestra capacidad de disfrute era absoluta!! (excepto cuando nos contaminábamos y el disfrute se terminaba con el primer vómito o diarrea!!). Ahora tenemos muy restringida nuestra ingesta, pero nos hemos vuelto menos exigentes y disfrutamos de alimentos comunes como si fueran los mayores manjares. Es cierto que en el mercado cada vez hay más variedad de productos, pero sus precios elevados no siempre nos permiten la compra de lo que realmente nos apetece.
- Espacio especial para las personas que te entienden ya poyan: a partir del diagnóstico empezamos a ver a las personas que se preocupan por ti y te cuidan. Te emociona llegar a casa de unos amigos o familiares y ver que tienen todo preparado para ti, pan sin gluten, salsas, aperitivos, etc.. Ves como los que te quieren lo han interiorizado y ya es parte de su compra en el supermercado y de su alimentación. A estas personas una les está eternamente agradecidas, porque hacen que tu trastorno no se sienta como algo tan tremendo.
- Vianda libre de gluten: será fácil vernos a los celiacos siempre con nuestros alimentos a cuesta si no sabemos dónde pararemos. Nuestro pan, nuestras galletas, zumos, refrescos, todo libre de gluten!!. Es una costumbre que ya es parte de nosotros.
- Medios de transporte para largas caminatas en busca de productos sin gluten: muchos restaurantes, cafeterías, bares y supermercados, preguntando si tenían productos sin gluten. Tiempo dedicado a buscar los lugares cerca de tu casa donde sabes que puedes tomarte una cerveza sin gluten o sabes que hay aperitivos para celiacos. No es fácil, pero con paciencia se logra encontrar esos lugares. Lo difícil es cuando te vas de viaje y todo es una aventura. En esos casos sólo te queda la opción de la vianda libre de gluten.
Carmen Paz Alza Millie. Psicóloga.