Somos lo que pensamos y nuestras necesidades emocionales, conductuales y materiales pasan por nuestros pensamientos.
Las cosas materiales pueden estar o no presentes en nosotros o nuestro entorno, al igual que las emociones. Pensar que necesitamos algo material nos hará sentir necesidad de ello y pondremos nuestros objetivos enfocados en conseguirlo cueste lo que cueste... si no lo obtenemos nos sentiremos dañados o decepcionados.
Los aspectos emocionales funcionan de la misma forma. Pensar que necesitamos, por ejemplo, vivir en pareja, estar acompañados, ser correspondidos, sentirnos valorados, etc., es un pensamiento que solo nosotros elaboramos y solo nosotros podemos cambiar. Si transformamos el pensamiento de necesidad o falta por otro de no necesidad, podremos aminorar el daño que produce en nosotros. La creencia de sentir que necesitamos, puede terminar por decretarse y finalmente dañarnos. Será mejor cambiar la creencia y decretar que estamos bien y no necesitamos nada.
No esperemos NADA de ninguna situación ni de nadie. Vivamos de forma tranquila, optimista, conectados a nuestro presente, a nuestra situación y con objetivos reales. Esto hará que se hagan más pequeñas nuestras necesidades y como resultado nuestros agradecimientos se multiplicarán cuando algo llega, porque estarán fuera de nuestras expectativas.
Este enfoque no significa que no tengamos sueños o que no deseemos conseguir metas en la vida. Es solo que cuando notamos que nos empieza a afectar la ausencia de algo que deseamos o que tanto anhelamos, seamos capaces de cambiar nuestros pensamientos o creencias en beneficio de nuestra tranquilidad emocional.
No olvides, pensamiento, emociones y conductas son tres elementos inter relacionadas. Solo es posible cambiar uno de estos elementos y son las creencias o pensamientos. Si lo conseguimos, cambiarán nuestras emociones y conductas. Si nuestra creencia o pensamiento no varía, por mucho que intentemos cambiar las emociones y la conducta de forma aislada, volveremos siempre al punto de partida: nuestros pensamientos.
Paz Alza Millie
Psicóloga