La escritura es una herramienta muy potente.
Nos enseñan desde pequeños a escribir, como un instrumento para aprender y salir adelante. Después, tener una comunicación escrita efectiva como profesional se transformará en una gran herramienta. Sin embargo, pocas veces nos han dicho que escribir, también se puede transformar en un poderoso instrumento del pensamiento y de nuestras expresión personal, de nuestra creatividad y de nuestras estrategias para solucionar problemas.
Escribiendo podemos aprender sobre nosotros mismos, sobre el mundo que nos rodea y nos influye. Escribir es una herramienta de expresión y muchas veces se transforma en la única vía de manifestación de nuestras emociones y nuestro sentir.
Disponer de papel y lápiz para plasmar lo que nos ahoga en un momento dado, se puede transformar en una vía de escape, en algo solucionable o por lo menos, más llevadero. Lo que parecía no tener salida ni solución, lo escribo y rápidamente nuestro cerebro toma distancia ante el hecho, y todo se vuelve más claro.
Escribir a mano o en el ordenador, constituye un gran ejercicio mental, estimulamos el desarrollo de muchas conexiones neuronales. Casi como por arte de magia comenzarán a estimularse la autorregulación, la disciplina y la voluntad. Sobretodo la escritura a mano, contribuye a la expansión cerebral y al impulso de soluciones inteligentes, alejadas de la impulsividad e impaciencia.
Cada vez que no veas soluciones claras o te invadan emociones, te invito a tener siempre a mano un cuaderno y un lápiz. Te dejo algunas formas de escritura que pueden ayudarte en situaciones de agobio o desesperación:
1. Puedes escribir de forma libre en relación al problema que te aqueja (brainstorming-tormenta de ideas), es decir, escribir lo primero que salga de tu cabeza, escupir palabras o frases que están dando vueltas. Intenta que no pasen por tu pensamiento, escríbelas de forma innata y rápida. Sigue escribiendo y verás como poco a poco llegará alivio a tu mente. Después cuando releas lo escrito, seguro que tu pensamiento comienza a darle sentido a tus palabras.
2. Puedes escribir historias (autobiográficas o no), textos o cuentos, imaginados o reales. Ante la imaginación de la escritura, siempre habrá restos de tu propia realidad que te aliviarán al plasmarlo en el papel.
3. Puedes escribir cartas dirigidas a otras personas o a ti mism@. No necesitas entregar estas cartas a nadie, simplemente es una herramienta para cerrar historias, para finalizar momentos, para decir lo que no pudiste en su momento o para transmitir lo que aún no sabes cómo hacer. Esta herramienta suele usarse cuando hay una pérdida personal, un duelo, un fin de algo.
4. En una situación problemática, coge lápiz y papel, encapsula el problema y escribe todas las posibles soluciones que se te ocurran con sus consecuencias. Da igual que en un primer momento te parezcan soluciones ridículas o fuera de lugar. A veces cuando releemos lo escrito, rescatamos un poco de cada opción y sin darnos cuenta llegamos a una solución del problema.
5. Cuando no sabemos cómo continuar en la vida o pasamos por ciertas crisis, te animo a escribir las cosas que NO quieres. Solemos tener claro lo que deseamos, una vida tranquila, conocer a una persona con ciertas características positivas, tener un buen trabajo, un buen horario, etc.. Sin embargo, pensar y escribir lo que no quiero, me ayudará a ser más exhaustiv@ y a ser más analític@.
Un abrazo para todos,
Carmen Paz Alza Millie.
Psicóloga
Abril, 2024