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lunes, 31 de enero de 2022

No somos los de entonces...

 

Algo que suele ocurrir es mirar hacia el pasado y reprocharnos el no haber actuado de una forma o de otra. 

Cuando las cosas salen bien, ni siquiera nos planteamos en el presente que tal  vez podríamos haber actuado de otra forma y que así los resultados actuales serían diferentes. El problema surge cuando nuestro presente no es como nosotros deseamos y frecuentemente nos vamos hacia el pasado y comenzamos a culparnos y a reprocharnos de por qué no lo hice de otra forma en aquel entoncdes o nos machacamos pensando en "...y si lo hubiese hecho de otra forma, ahora estaría de tal o cual manera". 

Cuando comenzamos a actuar de esta forma, deberíamos saber ya de antemano que claramente en el pasado yo era diferente, mis circunstancias eran distintas y lo más importante es que deberíamos aprender a confiar en nosotros mismos, sabiendo que a ciencia cierta, mis decisiones del pasado fueron el resultado de mis pensamientos, emociones y experiencias de aquel momento y que lo hice de la mejor forma que sabía por aquel entonces.

Hay dos certezas en la vida, una es la muerte y la otra es el cambio. Sabemos que tarde o temprano llegará el momento en el que no estaremos en esta vida, podemos estar mejor o peor preparados para este tema, pero no podemos obviar que ese momento nos llegará a todos. Por otro lado, interiorizar que las personas y las situaciones están en continuo cambio es otra certeza que debemos aprender a vivir con ella. Todo está en un continuo cambio porque nada depende en una totalidad ni de nosotros ni del entorno. Vivimos enrededados unos con otros y los sentimientos, pensamientos y conductas de cada uno cambian, cambian y cambian. 

Te hablo de la certeza del cambio porque entendiendo que todo en la vida va cambiando, mutando y nutriéndose de experiencia, obviamente la decisiones del presente serán decisiones distintas a las que pude tomar en otro momento, ya sea hace un mes atrás, un año o una década pasada. Lo que sí es importante y te lo vuelvo a recalcar, es saber y creer que en ese momento, tomé la decisión que yo creí oportuna por las circunstancias y experiencias que me rodeaban.

 Entonces, sabiendo que en la vida todo cambia y se renueva; y sabiendo que efectivamente yo creo en mis decisiones aunque sean pasadas, con esos dos elementos debo dar un respiro a mi culpa y a mi angustia, debo perdonarme por haber hecho en ese momento lo que estaba en mi mano y debo dejar de exigirme por algo que ya no tiene opción de cambio, porque ya cambió. 

...Y será ahora cuando empieza mi responsabilidad de conectarme a mi presente y vivir con los hechos del pasado solo como una forma de aprendizaje y no como una fuente de autoreproches.


Carmen Paz Alza Millie

Psicóloga.