La falta de acceso a los recuerdos puede ser una experiencia profundamente desestabilizadora y dolorosa. Querer recordar algo y no poder acceder a esa evocación puede generar un malestar emocional en la persona difícil de comprender para el que no lo padece.
Una persona que no puede acceder a sus recuerdos podría experimentar una variedad de emociones complejas. La confusión y la frustración serían comunes, ya que perder recuerdos puede generar una sensación de desorientación y pérdida de identidad. también podría haber tristeza o angustia al no poder recordar momentos significativos, relaciones o experiencias importantes. En algunos casos puede haber un sentimiento de aislamiento, ya que la memoria es fundamental para conectarse con los demás y entender el propio pasado. Además, podría haber miedo ante la incertidumbre de no saber qué más se ha olvidado o qué significa eso para su vida presente.
Afortunadamente a día de hoy contamos con conocimientos y profesionales que pueden ayudar en este proceso de pérdida de memoria. Como fenómeno natural, existe la plasticidad neuronal que nos ayuda a recuperar algunas funciones. Las neuronas activas toman la función de las neuronas que ya no son funcionales y así, con estimulación y rehabilitación, conseguimos que la persona mantenga algunas funciones activas prolongando el tiempo funcional del cerebro. No es magia, es trabajo constante.
Ten mucha comprensión con las personas que tienen dificultades para acceder a sus recuerdos. No está en sus manos poder recordar, está en manos de su biología y en las tuyas. Ayúdalos en este proceso de freno a su deterioro y si ves que con la ayuda familiar no es suficiente, contacta con profesionales. Nosotros podemos orientarte y ayudarte.
Un abrazo
Psicóloga Carmen Paz Alza Millie
y Equipo Psicolomente