Si ya es difícil pensar en la muerte de un ser querido, si nos resulta espantoso pensar en una vida sin cierta persona. Enfrentarse a una despedida sin un adios a ese ser querido debe ser el dolor mas profundo de la pérdida. Nos han enseñado a vivir de espaldas a la muerte, creyendo que nunca nos va a tocar tan de cerca. Pero hoy, en nuestro vigésimo día de confinamiento por esta pandemia espantosa de corona virus, el Covid-19 nos ha restregado en la cara con lo más duro de su estancia, la muerte.
En pocos días estamos familiarizándonos cada vez más con las partidas de personas, escuchamos cada vez con menos impresión el número de 3 dígitos que no para de subir. De tanto escuchar la palabra muerte, es como si ya formara parte de nuestro día a día.
Pero no estamos preparados. Nunca se está preparado para una muerte masiva de estas características. Nunca se está preparado para sentir la muerte de un ser querido sin poder haber hablado con el/ella, sin haberle podido abrazar y sin haber podido decirle adios. No estamos preparados para la muerte...imposible...si apenas estamos preparados para vivir.
Como profesional de la salud mental, puedo darte algunos consejos para pasar un duelo sin adios: puedo decirte que escribas una carta a tu familiar, puedo decirte que hagas una reunión familiar para hacer una despedida on line, puedo decirte que todo va a pasar después de cierto tiempo, después de unas etapas marcadas de duelo que están reconocidas en la teoría psicológica. Todo vale, es verdad, todo ayuda.
Pero esta vez quiero acercarme a tí como cualquier persona y decirte que no puedo siquiera imaginar lo que debe ser despedir a ese ser querido, amado, sin haber podido coger su mano, sin haber podido acompañarle, sin haber podido decirle un hasta pronto. Si estás en esta situación, tal vez no necesites ahora ningún consejo, simplemente necesites saber que existen muchas personas que comparten tu dolor y que las circunstancias extremas están haciendo de todos nosotros, personas más sensibles, mas humanas.
La muerte está rondando. La muerte necesita que le hagamos frente. No le demos la espalda y enfrentemosla, desafiémosla. Acerquémonos a nuestros seres queridos en vida, digamos cuánto queremos, cuánto amamos, cuánto necesitamos, abracemos, besemos, compartamos....así, si en cualquier momento llega ella, la desconocida, la inesperada, podamos desafiarla y decirle que no le tenemos miedo porque todo está hecho, porque todo está dicho. Con dolor infinito o con menos, pero podremos soportar su presencia.
Las etapas del Duelo no serían las mismas si nos preparáramos para la muerte, estoy segura.
Mi más sentido pésame para todos los familiares que hoy, aprenden a pasos agigantados sobre la muerte. Mi respeto para todos los conocidos que se han ido (madres y padres de amig@s, conocidos) y mi agradecimiento infinito a la vida por darme la oportunidad de poder familiarizarme con "ella" sin tenerla tan cerca aún. Gracias.
Carmen Paz Alza Millie.
Psicóloga.