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viernes, 22 de noviembre de 2019

Diferencia entre emociones y sentimientos...

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Aunque habitualmente hablamos de emociones y sentimientos como si se tratara de la misma fuente, podemos hacer una distinción muy simple. Las emociones son esas reacciones innatas y naturales, que tenemos cuando nos enfrentamos a una situación o persona. Ante estas situaciones nos ocurren cosas y percibimos sensaciones que no controlamos y que nos pueden hacer sentir alguna de las seis emociones básicas que manejamos (existiendo una amplia lista):

alegría
tristeza, 
ira o rabia
miedo 
asco o rechazo
sorpresa


Sin embargo, cuando hablamos de sentimientos, podemos decir que son las emociones que estamos teniendo pero que van acompañadas de pensamientos, recuerdos, cogniciones, proyecciones, etc.. Ya no sería algo innato ni natural, sino que iría acompañado de algo más producido y más prolongado en el tiempo.

Ejemplo:
Me encuentro con una amiga que no veo hace mucho tiempo y mi primera reacción es sentir alegría (emoción) por el encuentro casual con esta persona. Sin embargo, luego vienen a mi cabeza pensamientos relacionados con que esa amiga hace mucho que no me llama ni me escribe y que seguramente no tiene mucho interés en nuestro encuentro. Aquí ya paso a tener un sentimiento diferente a la emoción inicial, porque a la alegría natural, le he aportado recuerdos y pensamientos que me han hecho sentir de otra manera.

Entonces, de forma muy simple, podemos concluir que la emoción es natural y espontánea, mientras que los sentimientos son extensivos en el tiempo y van acompañados de pensamientos, recuerdos y/o proyecciones.


Carmen Paz Alza Millie
Psicóloga.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

...Hacemos lo que vemos...

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Habitualmente los niños desarrollan conductas muy acordes con lo que ven en su entorno más cercano. A esto hay que añadir personalidad, gustos, formas de ser del niño, por lo tanto, no podemos decir que sea una regla, pero habitualmente el ejemplo que tienen en casa, tarde o temprano sale a relucir.

Por ejemplo, a lo mejor nosotros somos buenos lectores y nuestro hijo/a no lo es. Bueno, puede ser un tema de gustos o preferencias, sin embargo, si ve en nosotros esta conducta relacionada con la lectura, seguramente tu hijo/a tomará opciones que vayan en esa línea aunque no sea leyendo directamente de un libro: será un niño que investigue, se interese, lea por Internet, se informe.

Por el contrario, si tú deseas instaurar una conducta (por ejemplo la lectura) y das el ejemplo de la conducta contraria (no  tocar un libro, te ve con el móvil de forma frecuente, etc.), seguramente tu hijo no adopte el hábito de leer porque él ve más atractivo imitarte viendo algo a través del teléfono que estar leyendo un libro (ya que él no sabe si tú estás leyendo o estás en redes sociales!).

No olvides que en la adolescencia todo se vuelve del revés y los adolescentes van en busca de su identidad, precisamente haciendo y diciendo lo contrario de lo que ven en casa o de lo que les aconsejan sus padres. Pero puedes estar seguro que cuando pase esta etapa de su vida, los ejemplos y valores que le han dado base en su infancia, volverán a ese adulto joven para quedarse. 

Siempre piensa que eres un modelo a seguir para tus hijos y no hagas lo contrario a tus deseos a conseguir con él.

Carmen Paz Alza Millie
Psicóloga.